Un olvido llamado Wauters

LOS padecimientos que los distritos extremos del sudoeste bonaerense (Villarino y Patagones) vienen sufriendo en los últimos años, debido a lluvias insuficientes que han comprometido la estabilidad de muchas explotaciones rurales, sirvieron, entre otras cosas, para volver a poner sobre el tapete la imperiosa necesidad de que en aquella zona se instrumenten programas de regadío encaminados a posibilitar el aumento de la producción. Como hecho relevante, cabe mencionar la reciente licitación para obras a ejecutar en el área de influencia de la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del Río Colorado (Corfo), que significarán una mejora en la infraestructura y un aporte al futuro incremento de la superficie regable.      PERO, más allá de este hecho, cabe referirse, en particular, a las ilusiones que, a lo largo de más de un siglo, se han mantenido en pie en el partido de Patagones, en la convicción de que si se llevaran a cabo obras alguna vez planificadas, otro sería el perfil productivo del distrito, altamente condicionado (salvo los campos con riego, obviamente) por el aporte de las lluvias, que no se caracterizan por sus elevados milimetrajes. En estos últimos años, como se ha dicho, tanto en agricultura como en ganadería, se sufrieron las tremendas consecuencias de la sequía, con una marcada reducción en los volúmenes de cosecha y en la cantidad de animales vacunos y ovinos. A tal punto que no son pocos los chacareros que se doblegaron ante la adversidad y cesaron su tarea cotidiana, en ciertos casos continuidad de un par de generaciones.      EN UNA carta publicada en nuestra edición del miércoles último, un lector afincado en Stroeder se refirió a los problemas del área de secano de Patagones, que bien podrían haber sido modificados si se hubieran cumplido las ideas lanzadas a comienzos del siglo anterior. En concreto, el autor de la nota evoca el proyecto Wauters (fue su autor el ingeniero Carlos Wauters), que preveía poner bajo riego unas 375.000 hectáreas entre la localidad rionegrina de Guardia Mitre y el distrito de Patagones, aprovechando las aguas del río Negro, hoy irresponsablemente desaprovechadas.      UNOS años atrás, la iniciativa fue expuesta, en Buenos Aires, a empresarios italianos, con la presencia de autoridades municipales de Patagones, legisladores, técnicos y representantes de entidades intermedias. A los antecedentes originales, se agregaron estudios que la Universidad Nacional del Sur realizó en 1970, debiéndose recordar, asimismo, que, en abril de 1995, el entonces gobernador Eduardo Duhalde expresó su respaldo a la iniciativa, haciéndose eco de un requerimiento nacido en el ámbito municipal de Patagones.      PERO, al día de hoy, todo sigue siendo apenas una quimera. Como bien lo puntualiza el autor de aquella carta, cabe preguntarse si los productores que todavía siguen en pie no se resignarán ante el desencanto de tantas propuestas olvidadas, mientras las caudalosas aguas del Negro siguen derramándose, olvidadas, en el Atlántico.