El próximo sábado 11 de marzo el Ciclo Bahía Blanca No Olvida presentará el espectáculo “MARIO IAQUINANDI, 80 AÑOS” sobre la vida y obra de Mario Iaquinandi, en el Café Histórico de la ciudad (Av. Colón 602) desde las 21.30 hs. Los encargados de contar aspectos de su vida y anécdotas que sólo pueden conocer quienes estuvieron cerca del poeta serán Mariel Estrada y Antonio Germani, quienes desde hace más de 25 años llevan adelante el Salón de Arte que lleva su nombre y que fuera el sueño de este bohemio y talentoso bahiense. Las páginas musicales de Iaquinandi serán interpretadas por la cantante Gaby “La voz senusal del tango” y el guitarrista Quique Lorenzi.Bajo idea y producción general de José Valle.
Como corolario de este merecido homenaje, el martes 14 de marzo a las 10 hs se colocará una plaqueta con su imagen y una breve referencia de su vida y obra en la fachada del que fuera su hogar de juventud sito en 19 de Mayo 226. Allí se había inaugurado una Baldosa que no olvida en el año 2012, durante el 2° Festival Nacional de Tango de Bahía Blanca Carlos Di Sarli, que fue destruida accidentalmente. Como en cada iniciativa cultural realizada por José Valle, el desmán es reparado con una nueva referencia para que las huellas de quienes hicieron grande nuestra cultura nacional no sean borradas por el tiempo.
Mario Iaquinandi nació el 14 marzo 1937. Su versatilidad lo hizo desplegarse en las múltiples facetas de periodista, escritor, productor creativo y director artístico en distintas emisoras del país, pero también como actor, integrando diversos elencos en escenarios capitalinos. Junto con Héctor Negro, Osvaldo Avena y otros poetas integró la llamada: “Revolución del 60”, siendo galardonado como mejor autor del Río de la Plata en 1970.
Como compositor alcanzó notoriedad a través de los tangos: “Contáme una historia” y “María de nadie” con música de Eladia Blázquez. Llegarían más tarde: “Romance para una vereda”, “Mi ventana triste”, “Mi sábado sin vos”, “Un hombre nuevo”, “Réquiem para un tiempo niño”, “La historia de los dos”, “Triste espejismo”, “Andando a solas” y “Mi ciudad sin tí”.
“Después de este largo período de bonanza, sobrevino el eclipse, pero de esa etapa oscura no hablan las escasas biografías, lo memoramos solamente nosotros, sus amigos” -escribe Mariel Estrada en el capítulo dedicado a Iaquinandi del libro “El silencio que mastica el pucho” (Ed. En un feca)- “Coherente en acción y pensamiento, la llama votiva de su antorcha sigue prendida en quienes, conociéndolo… supimos amarlo”.
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