Los
restos del cantor de tangos, que falleció en 1996, serán restituidos a su
tierra natal y será recibido por su familia.
Octubre
de 2013 no será un mes más para los Bahienses. Esta fecha calará profundo en el
sentimiento ya que se decidió que, en el 3er. Festival Nacional de Tango
“CARLOS DI SARLI” y dentro del ciclo “Bahia Blanca No olvida” ideado por José
Valle, los restos del cantor Roberto Achával sean restituidos a su tierra
natal. Achával regresará a su patria chica, esa que lo vio nacer y donde dio
sus primeros pasos, merecidamente descansará en su tierra bahiense.
El
7 de octubre Achával descansará definitivamente en su tierra natal, se inaugurará
un monolito en el cementerio de Bahía Blanca, al pie de su ultima morada, la gestión
la realizo José Valle, juntamente con director del Instituto Cultural de Bahia
Blanca, Lic. Sergio Raimondi, y contó con el apoyo de diferentes personas e
instituciones de la ciudad como Jorge Bonacorsi, Hugo Borelli, Guillermo
Goicochea, Profertil, La Cooperativa Obrera, Óptica Fortunato, entre otros.
Asimismo, se presentará la biografía “Roberto Achával, El último
cantor de Pichuco” (Gabriela Biondo- José Valle) y la inauguración
de una referencia histórica a Roberto Achával en Ing. White realizada por
el afamado pintor Pedro Araya.
“Lo
cierto es que Roberto Achával merece permanecer en la memoria de bahienses y
argentinos porque su talento lo amerita. Es indiscutible la importancia de
Achával como cantor porque lo eligió Troilo y cantar con el gordo era jugar en
primera. Sin profundizar en la calidad o gusto de las orquestas, los cantantes
de Troilo fueron los mejores: todos son buenos, no puede discutirse la calidad
de ninguno de sus vocalistas”, confirmó José Valle.
La
viuda de Achával, Sra. Juana Dodero, con los ojos inundados en lágrimas que
intentaba contener, confesó que creía que era más fuerte, que podría superar
cada vez mejor la ausencia del que fuera y sigue siendo el amor de su vida…
pero cada día lo extraña más. Cada noche su recuerdo la acompaña y vive
momentos de plena felicidad cuando él comparte su sueño: “Fue un marido
maravilloso y un padre ejemplar. Si tuviera que volver a elegir, nuevamente me
casaría con Cacho”, expresó.
Juana
se enamoró de su esposo a los 15 años y vivió a su lado cada momento de su
carrera, lo apoyó y acompañó incondicionalmente, inclusive cuando eso
significara trasladarse a la gran urbe porteña alejando a sus hijos del entorno
que les era familiar. Es una mujer que a pesar del dolor y los años conserva
una vitalidad y memoria envidiables. Lamenta que la reivindicación haya llegado
un tanto tarde para su galán: “El reconocimiento merecido llegó con Valle que
desde su programa radial y sus producciones lo recuerda permanentemente, los
Crudelli le debemos mucho”.
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