Anoche se
presentó el último disco de Lucio Passarelli titulado “Después del silencio” en
el Auditorio de la Universidad Nacional del Sur. La inclemencia del frío no impidió
que más de un centenar de personas fuera a deleitar sus oídos con el ensamble perfecto
de ocho músicos y la cantante Susana Matilla.
21.10
ingresaron al escenario Julián Mansilla (bandoneón), Alejandro Cuomo (violín),
Pinky Fernández (contrabajo) y Lucio Passarelli (piano, arreglos y dirección)
para interpretar las tres primeras piezas instrumentales: “París otoñal” de
José Libertella, “Después del silencio” de Osvaldo Piro y “Generación 80” de
Omar Valente. Culminada esta última, Gaby “La Voz Sensual del Tango”, que
ofició de presentadora, dio la bienvenida a los presentes y dio paso a la
inseparable cantante de Lucio: Susana Matilla, que el mes entrante cumple 21
años a su lado en su carrera artística.
Susana realizó
una evocación de la talentosísima Eladia Blázquez con tres de sus
composiciones: “Somos como Somos”, “Sin piel” y “Porque amo a Buenos Aires”.
Siguieron versiones instrumentales de “Responso a mi viejo”, obra de Passarelli
que impactó en el público por su riqueza musical y marcados matices de los
cuatro instrumentos que parecían recitar en cada frase una poesía, y la primera
parte del espectáculo culminó con una selección de tangos de Julio De Caro.
Fue el
momento entonces de dar paso a cuatro músicos más que participaron del disco y potenciaron
al cuarteto con pulcrísimas y sentidas ejecuciones: Paolo Miserocchi (violín
solista), Natalia Arce (viola), Diana Jakubowicz (violoncello) y Adriana
Fernández (flauta).
El
repertorio de esta segunda parte estuvo compuesto por: “Mi Buenos Aires querido”
(Gardel- Le Pera), “Invierno porteño” (Piazzolla),
“El aguante” (Passarelli), “La última curda” (Troilo y Castillo), “El gordo
triste” (Piazzolla y Ferrer), “Balada para mi muerte” (Piazolla y Ferrer), “Buenos
Aires hora cero” (Piazzolla), “Preludio a mis nietos” (bellísimo tango que
Lucio le dedicara a León y Ciro), “A la distancia” (Piro y Passarelli) y dos
bises a pedido del público que no cesaba de aplaudir deseando que el show no
acabara: “Adiós nonino” (Piazzolla) y “A fuego lento” (Salgán).
Sin duda
quedó demostrado, una vez más, que la calidad artística y musical de la ciudad
es de un nivel extraordinario. Los arreglos de Lucio, sin decir palabra,
invitaban a dejar volar la imaginación y sentir el frío de las estaciones de
Piazzolla, la melancolía y tristeza de recordar al viejo o la emoción y
felicidad que traen los nietos. Cada interpretación de los grandes músicos que
se dieron cita anoche fue en conjunto mucho más que la suma de sus
individualidades, quizás por el talento de Passarelli a la hora de escribir
cada parte, quizás por su gran trabajo de dirección, quizás por el enorme profesionalismo
de los ejecutantes, quizás por todas esas razones, o por ninguna de ellas, pero
lo cierto es que las casi dos horas que el público pudo disfrutar del
espectáculo hicieron meya en sus corazones y sensibilidad.
Un párrafo
aparte merece la cantante Susana Matilla, pasión y garra en el decir del tango,
que lució interpretaciones cargadas de emoción, a la vez que demostró ser el ensamble
perfecto con Passarelli y sus formaciones: “¡Se van a cumplir 21 años que estoy
al lado de Lucio! A mí me gusta el tango que él hace y a él le gusta cómo yo lo
canto. Cuando arma los arreglos ya sabe cómo va a ser mi interpretación por lo
que siempre los hace a mi medida”, dijo la cantante emocionada por la mística
que había desde un comienzo entre bambalinas. Susana es una excelente
intérprete, pero además, merece especial destaque su solidaridad con los
colegas, la calidad humana que demuestra sobre y debajo del escenario, lo que prueba
que los celos profesionales y la competencia son una cuestión de pocos.
Lucio agradeció
a quienes colaboraron en la concreción del disco y la puesta de su
presentación: Instituto Cultural de BB, Fondo Municipal de las Artes, Royaltex,
Lucaioli, Universidad Nacional del Sur, Dandy Producciones (prensa y difusión),
Martín Baretta (fotografía), Maite Valiente y Javier Canossini (diseño y arte),
Eduardo Del Gobbo y Juan Cerana (sonido) y a los músicos que dedicaron horas de
trabajo para lograr la exquisita producción en el disco y el espectáculo.
¡Qué orgullo
contar con músicos como Lucio Passarelli y todo su equipo en la ciudad de Bahía
Blanca, posible capital del tango de la Provincia de Buenos Aires!
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