En la política, los números mandan, pero la capacidad para construirlos define a los líderes. Este martes, Gisela Caputo (39) se convirtió en la nueva presidenta del Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca, tras alcanzar una mayoría de 13 votos que dejó en evidencia su principal fortaleza: la habilidad de negociación en escenarios de alta complejidad.
Para llegar al estrado que ocupaba Mauro Reyes (LLA), Caputo no solo apeló a su pertenencia partidaria, sino a una arquitectura política que incluyó apoyos tan diversos como el de su compañero de bloque Emiliano Álvarez Porte, la Coalición Cívica, el monobloque de Carlos Alonso y, fundamentalmente, los 9 concejales de Fuerza Patria.
Esta transversalidad, que despertó críticas en sectores del libertarismo —quienes la acusan de un "acercamiento" al oficialismo de Federico Susbielles—, es defendida por Caputo como una decisión pragmática y de gestión. Para la concejal, el acompañamiento a las tasas municipales no es una cuestión de "color político", sino una respuesta técnica a la crisis que atraviesa la ciudad tras el temporal de marzo, bajo la premisa liberal de que los servicios públicos deben financiarse acorde a sus costos.
Caputo no es una recién llegada. Su destreza para el diálogo político se gestó desde los 19 años en la Unión Cívica Radical, donde rompió moldes al convertirse en la mujer más joven de la provincia en presidir un comité distrital. Esa base radical, sumada a su paso por la gestión provincial de María Eugenia Vidal y la Secretaría de Seguridad municipal, le otorgó una visión 360° del Estado.
Su salto al PRO, de la mano de Cristian Ritondo, fue el movimiento que terminó de moldear su perfil actual. De hecho, tras su asunción, Caputo fue contundente en sus redes sociales: "Nada de esto se construye solo", agradeciendo el respaldo de Ritondo. Esa frase resume su filosofía política: la construcción de poder como un ejercicio colectivo y de respaldo nacional.
Más allá de la política partidaria, su formación académica y experiencia en el sector privado (donde trabajó bajo normas ISO en BMH Inversiones del Sur) aportan a su presidencia un perfil de eficiencia y control de procesos. Esa rigurosidad técnica es la que utiliza para argumentar sus decisiones legislativas, buscando alejar la discusión del barro ideológico y llevarla al terreno de las soluciones institucionales.
Gisela Caputo asume la presidencia del HCD en un momento de polarización. Sin embargo, su elección demuestra que, en un cuerpo legislativo donde nadie tiene el control absoluto, la llave del poder la tiene quien sabe sentar a las partes a la mesa.
Con casi 40 años, Caputo inicia su mandato no solo como la única concejal reelecta en el último turno electoral, sino como una jugadora de peso que sabe esperar su momento, negociar con aliados y adversarios, y ejecutar el "golpe de efecto" necesario para garantizar la gobernabilidad y el protagonismo de su espacio.
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